
Hacer frente a la muerte y el duelo es difícil para la mayoría de las personas. Pero para los niños con TDAH y sus familias, puede ser especialmente difícil. Problemas con el control de impulsos, manejo de emociones, y adaptarse al cambio crea desafíos que otros niños no tienen.
Los niños con TDAH pueden comportarse de manera impredecible o inapropiada para la situación. Eso ejerce una presión adicional sobre los padres y cuidadores que están tratando de sobrellevar su propia pérdida.
A pesar de los desafíos, hay maneras de ayudar a su hijo con TDAH a manejar la muerte y el duelo.